romanticismo consciente

Busco en Google “romanticismo consciente” y no aparece ninguna entrada. ¡Ahora ya aparecerá! Lo que sí que aparecen son multitud de entradas «desmontando o desmitificando el amor romántico».

No me resulta para nada extraño, pues el romanticismo se asocia con la dependencia emocional, con las relaciones desequilibradas, con la idealización del AMOR. Por ende: con la inconciencia.

El amor romántico se asocia con la irracionalidad. Pero quiero alzar una lanza a favor del Amor Romántico racional. Me gustaría pues introducir el concepto del Romanticismo consciente dentro de una relación de pareja equilibrada. Existe. Se puede generar, cuidar y construir.

Lo importante es cambiar las creencias limitantes que hasta ahora se asociaban al amor romántico por otras nuevas que refuercen la autoestima y la libertad individual. La esencia del romanticismo se puede mantener desde una relación de equilibrio y libertad entre dos personas.

¿Qué es el romanticismo?

No sé lo que significa para vosotros el romanticismo, pero para mí se basa en los pequeños detalles. Os pongo algunos ejemplos:

  • Llegar a casa de tu pareja y encontrarte la única iluminación de unas velas y dos copas y una botella de cava para celebrar el encuentro
  • Mirarte a los ojos y decirte cosas bonitas
  • Despertarte con un mensaje de buenos días
  • Pasear cogidas de la mano
  • Parar en medio de la calle y besar a tu pareja por sorpresa
  • Regalar flores sin que sea una fecha destacada
  • Recordar los aniversarios y/o fechas especiales y celebrarlos
  • Acariciar, besar, abrazar y estar mínimamente pendiente del bienestar de tu pareja.
  • Hacer el amor con delicadeza, con pasión y con tiempo
  • Sorprender a tu pareja en cualquier sentido imaginable

Esta es una mínima lista de detalles de un amor romántico que se pueden vivir desde la conciencia, disfrutando del momento y desde la libertad individual de cada miembro de la pareja.

Romanticismo vs dependencia emocional

Hay varias creencias limitantes sobre el romanticismo que desembocan en una relación dependiente. Una de ellas -según los expertos- es la entrega total a la otra persona y/o hacer de ella lo único y fundamental de la existencia. Esto no es romanticismo, evidentemente. Esto es dejar de ser uno mismo y perderse en el otro. Es dependencia emocional.

Una relación de pareja se puede vivir con intensidad en la felicidad y sin sufrimiento. El sufrimiento causado por la frustración no debe formar parte de una relación de pareja. En cuanto aparece, es una señal de alarma que nos debe hacer plantear la relación. El sufrimiento debe abrir la puerta al diálogo sincero y honesto para determinar si estar con la otra persona nos suma o nos resta y, en caso de que sea la segunda opción, decidamos emprender los caminos por separado.

Una relación entre dos personas siempre debe sumar. Nunca restar. No podemos ni debemos justificar constantemente los actos de la otra persona que nos hacen sufrir. Es otra alarma que nos debe hacer plantear continuar con la relación.

Tampoco es necesario estar todo el tiempo con la otra persona. Es básico disponer de momentos para un@ mism@: Para estar en soledad, con amig@s o con familiares.

Sinceramente pienso que las creencias asociadas con el amor romántico realmente están relacionadas con la dependencia emocional, no con el romanticismo. Para mí es un error en la designación de palabras.

Reivindicando el romanticismo consciente

Según mi opinión, el romanticismo está relacionado con cuidar los detalles en la relación y no con el vivir únicamente por y para la otra persona desde un lugar insano de insuficiencia personal. Y quiero utilizar estas líneas para reivindicar este término y reformar su definición.

Me encantaría construir el concepto del romanticismo consciente en el que dos personas cuiden al detalle de su relación teniendo claro que cada cual debe respetar su propia individual y que se vive desde el momento presente, manteniendo la libertad de cada una de las personas para decidir qué camino tomará en un futuro. Sin dejar de mantener la esencia de cada parte de la pareja. Sumando siempre. Con honestidad, respeto y sinceridad. Queriendo estar, queriendo formar parte de esa relación día a día. Sin obligaciones y con el único compromiso del respeto mutuo construido a diario.

El amor romántico se puede vivir desde una autoestima sana. Sin que tu bienestar dependa de vivir esos momentos con la otra persona, pero que el hecho de esperarlos y compartirlos sea un aliciente más en tu vida. Como lo puede ser cenar con tus amig@s o ir a ver una obra de teatro que hace tiempo estás esperando.

Puedes echar de menos a tu pareja sin que eso suponga que te sientas mal, o que te duela su ausencia. Simplemente que te apetezca compartir algún momento con ella y disfrutar de experiencias y momentos a su lado.

El AMOR va más allá

He leído mucho sobre amor romántico y siempre lo diferencian del amor consciente, como si fuera incompatible. Pero no lo es. Es cierto que el AMOR va más allá del romanticismo. Pero para mí el romanticismo es una manera de expresar y de vivir el AMOR en la pareja.

Es evidente que puede haber personas a las que no les gusten los detalles románticos. Está bien. Todo está bien. Pero no implica que haya que deshacerse de ellos ni que haya que defenestrarlos.

Se confunde el amor romántico con el amor dependiente y no tiene nada que ver. El amor romántico puede formar parte de una relación sana establecida mediante la confianza, la seguridad, libertad e independencia de cada persona.

Lo que sí es importante es que las dos personas que forman la pareja estén en la misma página en su manera de vivir el romanticismo, si es que quieren hacerlo. Que disfruten de la misma manera de esos detalles y que haya un equilibrio en el dar y recibir. Pero, si se hace desde la conciencia, disfrutando del momento, sin más pretensiones ni ataduras, el romanticismo es maravilloso y único.

La relación puede durar un mes, un año o toda una vida, pero eso no implica que no se pueda avivar la llama del romanticismo mientras ambas personas así lo deseen. Quizás, cuando se vaya apagando esa llama, es cuando la relación deba llegar a su fin. O no. Dos personas pueden decidir mantener su relación a pesar de que no haya romanticismo. En cualquier caso, no pasa nada. Todo está bien. Lo importante es disfrutar del momento a cada instante lo máximo posible. Y, siempre, seguir a nuestro corazón.

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