Siento hoy la necesidad de reflexionar sobre Marianne Williamson, la política y las etiquetas.
Decir que no me interesa la política sería falso; pero sí podría decir que me supera. Pienso en «la política» como un concepto que se escapa de mi entendimiento, así que trato de no meterme en discusiones infinitas que no llevan a ningún lugar porque no tengo intención de convencer a nadie de nada. Creo en lo que creo y pienso lo que pienso basado en mi experiencia vital, en mis sentimientos y en el razonamiento más o menos lógico en que todo ello pueda derivar. Considero que tampoco tengo razones demasiado convincentes para defender según qué causa, así que mejor me mantengo al margen. Aunque, si tuviera que definirme a nivel político, así a grosso modo, lo haría como una persona «de izquierdas».
Sigo por encima la actualidad política de nuestro país, aunque es cierto que en determinados momentos le presto más atención, pues considero que algunas decisiones o acontecimientos pueden cambiar el rumbo o el funcionamiento de las cosas en el lugar donde vivimos y eso me preocupa un poco. Pero en términos generales, me supera un poco. Básicamente porque me da cierta rabia que las personas a mi alrededor se peleen por decisiones que toman otras personas; o por si prefieren una cosa u otra. ¡Viva la pluralidad! Si todos pensáramos igual, sería una sociedad muy aburrida. La cuestión es que las opiniones se puedan expresar con total libertad y siempre con respeto; y eso, muchas veces, no pasa.
En cierta manera la política me recuerda al fútbol. Dos personas peleándose por ser de diferentes equipos me parece algo sumamente surreal. En fin. En el contraste está la evolución. No entiendo demasiado esa necesidad que tenemos de identificarnos con cosas para generar nuestra propia identidad, cuando estamos siempre evolucionando… O esa sería la idea! «Yo soy hetero, del Barça, independentista y vegetariano.» Olé tú! Que seas muy feliz. Yo ahora mismo no sé lo que soy…
Bueno, si «jugamos» a las etiquetas, supongo que tendría que decir que actualmente soy lesbiana, del Barça (pero me da igual si pierde), no independentista, omnívora y de izquierdas. He estudiado Ingeniería pero no me definiría como Ingeniera; y no he estudiado Periodismo pero me definiría más como Periodista, aunque oficialmente no lo soy. Oficialmente soy Funcionaria. Soltera, en una relación… y podríamos seguir. ¡Las etiquetas definitorias! Siempre las he «odiado» un poquito, porque te encasillan en algo que no tienes porqué ser del todo; y porque crean un prejuicio de ti que no tiene por qué ser cierto. No sé si me explico… Daría para otro artículo.
En fin, volvamos a la política. Si la política nacional llama poco mi atención, la exterior ya ni os cuento. No es que me vanaglorie de ello, para nada, pero no conecto para nada con esas noticias. Debería esforzarme si quisiera saber quién gobierna en todos los países de Europa y del resto del mundo. Evidentemente, todo el mundo sabe quién es el presidente de Estados Unidos, es imposible no saberlo. Es la gran potencia mundial!
Justo sobre Estados Unidos quería hablaros y es que, hace semanas que la actualidad política norteamericana está llamando mi atención. ¿Por qué? Porque Marianne Williamson es una de las 20 candidatas a la presidencia del país por el partido demócrata. Es una de las candidatas a enfrentarse a Donald Trump por la presidencia de Estados Unidos.
¿Quién es Marianne Williamson? (Vamos con las etiquetas!) Marianne Williamson es autora de varios libros «espirituales» (primera etiqueta) y es conocida dentro de ese mundo por su aparición en programas de televisión como el de Oprah Winfrey. He visto que en alguna publicación la definen como «consejera espiritual» y, en otras como una «gurú new age». Ciertamente, esas definiciones pueden generar de ella una imagen algo naif. Es evidente que la etiqueta «espiritual» no gusta nada a las personas muy racionales. Es lo que comentaba antes, ciertas etiquetas encasillan y crean prejuicios. Este sería un caso evidente.
Personalmente, el hecho que Marianne Williamson sea candidata a la presidencia de EEUU me llena de esperanza e ilusión. Es un primer paso para demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera. Por lo que he estado leyendo, creo que no resultará ganadora pero, que esté ahí, que se hable de ella, que pueda expresar lo que piensa y que sea escuchada por tantas personas, ya es importante.
Yo descubrí a Marianne Williamson hace más de seis años, cuando leí su libro ‘The Law of Divine Compensation’, escrito tomando como base ‘Un Curso de Milagros’, que es algo así como «la biblia» del siglo XXI. Previamente había escrito, ‘A Return to Love’ (Volver al Amor), libro editado en 1992 y convertido en un best-sellar que incluye reflexiones como ésta: «Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados. Nuestro miedo más profundo es que somos más que poderosos. Es nuestra luz, no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza». Brillante!
Marianne Williamson y su «Love Wins»
Hace años que admiro a Marianne, y ahora, me encanta escucharle decir en sus discursos eso de «Love Wins». Sí, el AMOR siempre gana. Me parece fascinante escuchar a una política decir eso. No sé si es una utopía, pero imaginar a Marianne como presidenta de los Estados Unidos de América me hace pensar en que un nuevo mundo es posible. Un mundo sin guerras, donde reine el amor, con más conciencia sobre los valores humanos… es posible!
Marianne está aportando a la política una nueva mirada, su discurso está construido desde otro nivel de conciencia, y desde allí se pueden hacer grandes cosas.
Pero no será en breve. Según las encuestas el candidato que más apoyo tiene entre los demócratas es Joe Biden, expresidente de EEUU; al que le sigue Vermont Bernie Sanders y Elizabeth Warren. Marianne Williamson no aparece ni entre los cinco primeros candidatos, así que lo tiene complicado. Además, parece ser que no le dejarán participar en el tercer debate electoral, ya que sus contrincantes se lo están poniendo difícil, pues está adquiriendo una popularidad en las redes que no les gusta demasiado. De hecho fue la candidata más buscada en Google tras el segundo debate.
Bien, veremos qué pasa! Yo, de momento, me considero desde ya fan de Marianne Williamson y sería su votante si viviera en EEUU. Espero algún día ver a alguna candidata así en nuestro país… Mientras tanto, os dejo esté tweet que incluye una interesante mini-entrevista que le hicieron a Marianne con subtítulos en español para que la conozcáis un poco mejor. Vote for Marianne! Vote for Love! (A ver si ahora me voy a convertir en activista política!)
La candidata @marwilliamson apuesta por una renovación espiritual en Estados Unidos – así respondió a las preguntas del cuestionario ’20 preguntas para el 2020′ de @NowThisNews pic.twitter.com/7DL9d9X11F
— NowThis Español (@NowThisEspanol) August 5, 2019
Ser o no ser esa es la unica opcion y eso no es etiqutarse. No podrías votar porque eres hispana.
Creo que lo entendemos de diferente manera, Carlos. No «soy o dejo de ser» nada en particular. Tus gustos, creencias o preferencias no tienen por qué hacer que te identifiques con ellos, que te «conviertas» en «algo» identificado con ello… Además, todo es cambiable y voluble… hoy podemos identificarnos con una cosa, y pasado un tiempo, con otra… Está claro que necesitamos «definirnos» con palabras para que otros nos comprendan… Pero identificarse con ello me parece limitativo. Es una opinión.