‘Dones amb Llar’ es uno de los programas que desarrolla ASSÍS en su lucha contra el sinhogarismo en Barcelona.
La Asociación Centre d’Acollida ASSÍS nació en marzo de 2001 con el objetivo de dar una respuesta coherente y eficaz a la problemática de las personas sin hogar detectada y, de alguna manera, atendida en las diferentes comunidades y parroquias del barcelonés barrio de Sarrià.
La entidad lleva 20 años trabajando con personas sin hogar. Desde el año 2016 -tal y como explica Elena Sala, la responsable del programa ‘Dones amb Llar’– empezaron «a poner el foco de manera muy consciente a la perspectiva de género en el ámbito del sinhogarismo«. En aquel momento, no había nada relacionado con la especificidad de las mujeres.
Elena cuenta que realizaron una encuesta de perfil incorporando variables de género y se dieron cuenta de que tanto las causas como las consecuencias del sinhogarismo operan de manera diferente en hombres y mujeres.
La violencia de género es una de las principales causas del sinhogarismo en las mujeres
Una de las principales causas del sinhogarismo en el caso de los hombres está relacionada con la esfera económica y laboral. En el caso de las mujeres, con la violencia de género: rupturas sentimentales, pérdida de apoyo social…
Además, empezaron a observar que las mujeres llegaban a la calle en peores condiciones que los hombres, y que las trayectorias que recorrían hasta llegar a esa situación era mucho más larga. Según Elena, el motivo es que «las mujeres cultivamos más las relaciones sociales y tenemos una mayor capacidad de resistencia. Somos capaces de aguantar situaciones extremas antes de quedarnos en una situación de la calle. Nos adaptamos mejor a la precariedad.»
Para Elena, este hecho «en lugar de ser un factor protector, es un factor de riesgo. Se acaba convirtiendo en procesos vitales traumáticos que se añaden a unas mochilas personales que cada vez pesan más. Por eso vemos que cuando una mujer llega a la calle lo hace en peores condiciones que un hombre en todos los sentidos: a nivel de salud física, mental, relacional económico, social… Es mucho más difícil llegar a trabajar con ellas. Porque son profundamente desconfiadas. Desconfían de las personas, de las instituciones… Y es muy difícil establecer el vínculo necesario para realizar cualquier tipo de acompañamiento.«
«Además si juntamos el hecho de que hasta ahora no había recursos adaptados a las mujeres, tenemos el coctel perfecto. Si en los espacios pensados para atender a personas sin hogar se encuentran las mismas hostilidades que se pueden encontrar en la calle, ellas mismas quieren ser invisibles. Cubren sus necesidades básicas y se van porque no se sienten cómodas en estos espacios.«
Si miramos el fenómeno del sinhogarismo desde una perspectiva más amplia, descubrimos que las mujeres son protagonistas en muchas de estas situaciones.
El sinhogarismo femenino está invisibilizado
El sinhogarismo femenino está y ha estado profundamente invisibilizado. Uno de los motivos es porque tendemos a fijarnos en las realidades más evidentes del sinhogarismo: en las personas que duermen en la calle. Aquí las mujeres son una minoría. Pero existe el sinhogarismo oculto.
En el caso de Barcelona las mujeres en situación de calle nunca han superado el 15% del total de las personas que viven en la calle. ¿Dónde están las mujeres?
«Al plantearnos esta pregunta descubrimos la complejidad del fenómeno«, explica Elena. Hay muchas formas de sinhogarismo.
A pesar de que tradicionalmente se ha considerado que las personas sin hogar son sólo aquellas que vemos pernoctando en la vía pública, la realidad es que hay otras formas de sinhogarismo derivadas de la exclusión residencial que no tienen por qué ser visibles en la calle. Ante las diferentes definiciones y conceptos, la FEANTSA (Federación Europea de Organizaciones Nacionales que trabajan con las Personas Sin Hogar) ha elaborado una tipología de definición de situaciones de sinhogarismo. Se conocen como las tipologías ETHOS (European Typology of Homelessness and Housing Exclusion) y el objetivo es cubrir todas las situaciones y variantes derivadas de la exclusión residencial.
Estas categorías se dividen en:
- Sin techo (personas que duermen en la calle o albergues nocturnos)
- Sin hogar (están en refugios, pensiones, hostales, centros penitenciarios…)
- Vivienda insegura (personas en situación de realquiler, ocupación ilegal, mujeres obligadas a convivir con su maltratador…)
- Vivienda inadecuada (personas en estructuras temporales, coches, asentamientos, tiendas de campaña)
El programa ‘Dones Amb Llar’ nace con el objetivo de ofrecer una atención adaptada a la realidad de la mujer
Tal y como explica Elena, analizando la situación, descubrieron que las mujeres vivían en su mayoría el sinhogarismo oculto. «Empezamos a pensar que había que funcionar de otra manera, que teníamos que poder ofrecer una atención específica y adaptada a las realidades de estas mujeres. Así surge el programa Dones Amb Llar.«
El programa consta de tres «patas»:
- El centro de día que sigue siendo mixto pero con un circuito diferencial específico para la mujer que llega. También hay espacios de recuperación emocional y todo lo que tiene que ver con la higiene.
- Desarrollo de recursos residenciales. Basado en un programa de pisos: pisos compartidos e individuales de temporalidad flexible e incluso indefinida. En este momento hay 21 plazas de mujeres.
- La incidencia, la sensibilización y la visibilización del sinhogarismo femenino.
‘Dones Amb Llar’ reivindica los espacios específicos para mujeres
Según Elena «la incorporación de la perspectiva de género en el ámbito del sinhogarismo no es sólo una obligación, sino una necesidad no cubierta. Se necesitan espacios específicos para mujeres pero los espacios mixtos también deben incorporar esta perspectiva de género.«
Para la responsable del programa ‘Dones Amb Llar’, «la higiene femenina ha sido una de las grandes olvidadas del sinhogarismo femenino«. Las mujeres necesitan cremas para el pelo, compresas, tampones, tintes y maquillaje… Toda una serie de productos específicos para ellas que son esenciales para su día a día.
Elena apunta que durante el principio de la pandemia se vieron desbordados por el gran número de mujeres que llegaba a los servicios de ASSÍS. «Eran mujeres que hasta ese momento habían estado en sinhogarismo oculto, y la pandemia aceleró esos procesos de exclusión. Se habían quedado en la calle de un día para otro. No creo que la situación del COVID provocara esa situación, más bien la ha aceleró», señala.
Gracias a la labor que se realiza a través del programa ‘Dones Amb Llar’ varias mujeres han podido iniciar su propio proyecto vital con garantías de éxito.
Para combatir el sinhogarismo se requiere un cambio estructural en la sociedad
Pero, por muchos centros y pisos que se abran para las mujeres sin hogar, Elena Sala afirma con rotundidad que el «problema» es mucho más profundo. «La principal causa del sinhogarismo es la vulneración del derecho a la vivienda. El sinhogarismo femenino bebe de una sociedad patriarcal y de una estructura desigual entre hombres y mujeres. Hay que poner el foco en estas situaciones. Porque nos estamos enfrentando a una hemorragia con tiritas.«, señala.
«Se requiere un profundo cambio a nivel de políticas sociales. Hacer políticas interseccionales e interdepartamentales. No podemos abordar el sinhogarismo sin hablar de salud mental, de planificación urbanística… Hay que hacerlo desde una perspectiva integral.» – insiste Elena.
«En Barcelona, la inversión que hace la administración en recursos para personas sin hogar es elevadísima comparado con otras ciudades y problemas. Pero el problema es estructural.» – prosigue Elena- «Y los equipamientos colectivos, no funcionan para todo el mundo. Hay personas que por diferentes motivos no quieren ir a albergues porque les genera más inseguridad, por sus horarios, porque tienen animales y no quieren abandonarlos.«
A finales de 2021 ASSÍS tiene previsto inaugurar la Llar Rosario Endrinal
«Uno de nuestros objetivos en ASSÍS y en el programa de Dones Amb Llar» -señala- «es intentar adecuar los recursos a las diferentes realidades que nos vamos encontrando. Nuestro nuevo proyecto, la Llar Rosario Endrinal, se va a dirigir a mujeres en situaciones más crucificadas de sinhogarismo. Es un edificio con 10 mini apartamentos individuales para 10 mujeres con zonas comunes con acompañamiento socioeducativo de alta intensidad en el propio recurso. Esas mujeres pueden tener problemas de consumo, de salud mental… ¿Qué ocurre con estas mujeres? Que por la situación que viven es más difícil poder trabajar con ellas, y la mayor parte de veces no se adaptan a la normativa de los recursos existentes. Hemos intentado crear un recurso específico para ellas.«
Está previsto que a finales de 2021 la Llar Rosario Endrinal (cuyo nombre rinde homenaje a la mujer en situación de sinhogar que fue quemada viva en un cajero de Barcelona) ya esté en funcionamiento.
Hay luz al final del túnel. El hecho de que cada vez haya mayor conciencia social sobre estas situaciones puede abrir la puerta a esos cambios estructurales en la sociedad que comenta Elena Sala. No será de un día para otro, pero hay espacio para el cambio.
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