cuando todo encaja

En este episodio 32 del podcast ‘Living La Vida Unicornio’ reflexiono sobre ese momento cuando todo encaja. Te das cuenta de que todo lo vivido, las buenas experiencias y aquellas no tan buenas, han tenido su sentido. Ese momento en el que las piezas han encajado cual puzzle laborioso, o en que el cubo de rubik tiene cada cara de su color, es fabuloso. Es un momento dulce de la vida, y es importante agradecerlo y ser consciente de lo que nos ha llevado hasta allí.

Este podcast pretende ser un mensaje de esperanza para toda aquella persona que actualmente esté pasando por una situación complicada. Se sale de ahí. Se sale reforzado y victorioso. Y, si trabajas en ti y observa la vida con otros ojos, vivirás situaciones inimaginables.

Dicen que los sueños se cumplen. Es cierto. Incluso hay veces que vivimos momentos que superan aquello soñado. Hay muchas personas que lo dicen. Siempre me emocionan esos testimonios. Me alegra saber que eso sucede a los demás porque pienso que a mí también me puede pasar. Y sí, me ha pasado. Doy fe de que aquello que soñabas se puede hacer realidad y que la magia existe.

Encontrar el sentido a todo lo vivido

Os puede parecer naïf, incluso infantil. Pero no encuentro otra forma de expresar las emociones que siento. Es experiencia propia. Los momentos dulce se deben celebrar, y se deben compartir. No tan sólo debemos compartir las quejas, las dudas existenciales o hablar sobre cómo debería de ser la vida. A veces es positivo exclamar que la vida puede ser maravillosa si fluyes con ella. Que hay cosas bonitas que no tan sólo pasan en las películas, sino que también nos pueden pasar en la vida real.

En estos momentos en los que estás en la cima de la montaña, es importante mirar hacia atrás y darnos cuenta de cómo cada momento vivido ha tenido sentido. Cada experiencia, buena o menos buena, nos ha llevado allí donde estamos, donde queríamos estar. También es importante valorar el propio esfuerzo y ver cómo nos hemos superado a nosotr@s mism@s y a nuestr@s miedos.

Hemos llorado, sí, pero todo ha tenido sentido. Vivimos en un mundo dual, y sin la tristeza, no podríamos contemplar la alegría. Sin el miedo, no podríamos sentir el amor. Sin las preocupaciones, no sabríamos valorar la paz interior.

Comparto mi experiencia con vosotr@s. Espero os resulte útil. Gracias por estar!

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