¿Tú que necesitas? Me preguntaban ayer…
Qué necesito? Qué necesitáis? Alguien os ha preguntado alguna vez qué necesitas? Creo que es la primera vez que alguien me planteaba esta pregunta…
La respuesta puede parecer fácil, pero no lo es. Requiere introspección y una mirada honesta hacia uno mismo. La honestidad es algo que nos encumbra, pero no siempre es fácil de conseguir. Y no hablo de la honestidad hacia los demás, sino hacia uno mismo. Es imposible ser honesto «hacia afuera» si no lo somos «hacia adentro» y en muchas ocasiones es lo que sucede.
La Pirámide de Maslow
El psicólogo estadounidense Abraham Maslow ideó a mediados del siglo XX una forma de clasificar y representar las necesidades humanas en una suerte de escala que mide su grado de urgencia. Dicha escala se halla representada en una pirámide, hoy en día célebre, llamada Pirámide de Maslow.
En dicha pirámide, los distintos tipos de necesidades se suceden unos a otros desde la base de la pirámide (donde se hallan las necesidades fundamentales humanas, compartidas por toda la especie). A medida que se asciende hacia la cima, las necesidades se tornan menos urgentes y más abstractas.
Es decir que en ese camino ascendente se pasa del sostén del cuerpo a la realización profesional o al afecto personal. Sin embargo, resulta imposible subir de un peldaño al siguiente si el anterior no se encuentra ya satisfecho.
La Pirámide de Maslow se compone de los siguientes niveles:
- Necesidades fisiológicas. Propias del cuerpo y la manutención. (alimento, agua)
- Necesidades de seguridad. Es decir, aquellas que garantizan una existencia continua y libre de asedios (de los elementos climáticos, pero también laborales, etc.).
- Necesidades de afiliación. Tienen que ver con el sentido de pertenencia del individuo a una sociedad determinada (el amor, la cordialidad).
- Necesidades de reconocimiento. La valoración recibida por los demás miembros de la sociedad, lo cual incide en la autoestima.
- Necesidades de autorrealización. Que son el tipo más abstracto y complejo de necesidades, y tienen que ver con la autorrealización moral, espiritual, creativa o de otro tipo, es decir, necesidades profundamente individuales y subjetivas.
Categorías de las Necesidades Humanas Básicas
Según otros autores, las necesidades humanas básicas se podrían dividir en las seguientes categorías:
- Subsistencia. Es decir, alimento y agua para mantenerse con vida, pero también acceso a la salud tanto preventiva como curativa.
- Protección. O sea, ser mantenidos a salvo del peligro y de la inclemencia de la naturaleza: la lluvia, el frío, etc.
- Afecto. Es decir, la consideración de otros, el amor de otros y la aceptación de otros.
- Participación. Lo cual equivale a ser tomado en cuenta en la sociedad y tener el derecho de formar parte de ella.
- Ocio. O sea, tiempo libre y de descanso, tiempo para la reflexión.
- Entendimiento. Que equivale a educación, acceso al saber y al conocimiento.
- Creación. Esto es, la posibilidad de inventar, componer, interpretar, imaginar.
- Identidad. Es decir, un nombre propio, una historia propia, y su reconocimiento formal por parte de los demás.
- Libertad. Lo cual significa ser dueño de los propios actos, decidir por el propio cuerpo y la propia vida, sin estar sujeto a la voluntad de otro
Me parece tremendamente interesante esta división, pues hay algunas de ellas que han sido ignoradas a lo largo de la historia de la humanidad (y lo siguen siendo). Pensemos en la Libertad…
Nuestras propias necesidades
Trataré de hacer un ejercicio de auto-conocimiento e intentar compartir con vosotros cuáles son mis necesidades prioritarias (asumiendo las básicas como ya cubiertas).
Creo que una de mis necesidades fundamentales es la del PERTENECER. Necesito fuertemente sentir que PERTENEZCO. En mi familia, en mi grupo de amig@s, en el ámbito laboral, en mi relación de pareja.
Le doy mucha importancia porque considero que no es fácil en ocasiones. O quizás porque yo en numerosas ocasiones he sentido que «no pertenecía» por el hecho de ser diferente al resto. O, simplemente, por mis propias inseguridades.
Sentir que perteneces significa sentirte integrada en un colectivo o grupo. Implica sentir que puedes ser TÚ, que no estás de más, que «no molestas». Quizás sea uno de mis puntos débiles, pues tengo cierta tendencia a percibir que en ocasiones «sobro». Cada vez menos, pero aún hay coleteos de esa incómoda sensación. Mejorar la autoestima siempre será una asignatura pendiente para tod@s.
Necesito conexión real con mis amig@s. Reciprocidad. No es fácil de lograr en ocasiones. Saber que estás y que están, que te entienden y que les entiendes, que te respetan y les respetas. Que, aunque la vida en ocasiones os separe, sepáis que seguís cerca. Sin reproches.
Necesito momentos para mí, para escribir, crear, para hacer introspección. Meditar, hacer yoga o algún tipo de ejercicio físico.
Necesito disfrutar de momentos con mi pareja: tanto solas las dos, como en compañía de familiares y amigos. Necesito pasión, fisicalidad, afecto, palabras bonitas, confianza, diversión, conversaciones profundas y banales, tiempo de relax compartido, silencios, conversaciones, honestidad… Jugar, divertirme, sentirme valorada y valorar, sorprender y sorprenderme…
También es una de mis necesidades el equilibrio, en todas sus vertientes: tener relaciones equilibradas, llevar una vida equilibrada
Todos necesitamos cierta seguridad, aunque lo único que sabemos es que no hay nada seguro. Tenemos que seguir aprendiendo a vivir con esa incertidumbre y mostrarnos firmes sabiendo que seremos capaces de enfrentarnos a lo que venga con valentía y aplomo.
Necesito confiar más en mí y en la magia de la vida.
Nos hacen creer que necesitar es “malo”. De hecho la palabra en sí puede tener connotaciones negativas para much@s porque nos han enseñado que debemos ser independientes, autosuficientes, no confiar en exceso en los demás… Pero necesitar es normal y natural.
Todos necesitamos algo y cuanto más conscientes seamos de ello, más nos podremos llegar a conocer, querer y a aceptar.
¿Todo lo que necesitas es dejar de necesitar?
Busco una imagen para acompañar este artículo y me encuentro con esta frase: Todo lo que necesitas es dejar de necesitar. Es un artículo que habla sobre la importancia del desapego. Sobre las necesidades materiales. Cuanto más necesitas, más sufres por no conseguirlo. Creo que hemos de diferenciar entre las necesidades materiales y las emocionales.
Puede parecer contradictorio. Es cierto que el apego a lo que necesitamos nos hace sufrir si no lo logramos. Porque sentimos frustración. Y la frustración provoca dolor. Pero, por otro lado, es importante saber lo que necesitamos para ir a por ello; para conocernos; seguir nuestro camino y lograr la plenitud. Para ser auténticos y coherentes.
No podemos no necesitar nada. Vivimos en un entorno social, y nos alimentamos unos de otros a todos los niveles.
Como bien dice Teal Swan: “puedes pensar que no necesitas nada de nadie, pero en este mundo eres dependiente de otras personas. Las necesitas y ellas te necesitan. Esto no significa que te desempoderes. Cuando piensas que no necesitas nada de nadie, tienes demasiado miedo de ser vulnerable y no pides lo que necesitas, así que tu subconsciente te domina haciendo que vayas a buscar lo que necesitas de manera manipulativa de formas que incluso no reconocerías.
La realidad es que da miedo explicar tus necesidades a otros, ya que pueden decir que NO quieren cubrirlas. PEro piensa así: si fueras honesto sobre lo que necesitas, las personas que no pueden ayudarte a cubrirlas se alejarán de ti y podrás conocer a aquellas que sí están dispuestas a ello. Y tu vida será diferente. Sabes por qué? Nos hace felices cubrir las necesidades de otras personas; y cubrir las necesidades de otra persona hace que cubras las tuyas simultáneamente.”